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Introducción: La obesidad es una enfermedad multifactorial, que en la mayoría de los casos se produce como consecuencia de un desbalance energético entre calorías consumidas y gastadas1. El consumo excesivo de ?bebidas azucaradas? contribuye de manera significativa al aumento del consumo calórico y por lo tanto, al desarrollo de la obesidad2. Las ?bebidas azucaradas? se encuentran añadidas con alguno de los tipos más frecuentes de edulcorantes calóricos: el disacárido sacarosa, el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), o una mezcla de ambos. Existe controversia sobre el impacto negativo diferencial que ejercen estos edulcorantes3;4. Pese a ello, las prácticas actuales de etiquetado no proveen información sobre el contenido de cada uno de los glúcidos en particular presentes en las bebidas?5.Objetivos: En este trabajo se pretende analizar el contenido de glucosa y fructosa libre en bebidas sin alcohol calóricas y comparar los resultados obtenidos con las declaraciones de los rótulos nutricionales.Materiales y métodos: Se llevó a cabo un estudio de corte. Se trabajó con bebidas(n=30) comercializadas en la ciudad de La Plata, las cuales fueron seleccionadas aleatoriamente durante el año 2016, teniendo en cuenta la oferta disponible a partir de empresas multinacionales y nacionales. Para cada una de éstas se relevó la cantidad de carbohidratos y/o azúcares declarada en el rótulo y se identificó el tipo de azúcares declarado en la lista de ingredientes. La cantidad de glucosa y fructosa libre se determinó por medio de un método enzimático colorimétrico, utilizando un espectrofotómetro Nanodrop.Resultados: Las cantidades de glucosa oscilaron entre 1,7 g y 10,5 g, mientras que las de fructosa entre 2,2 g y 14,3 g. Los resultados obtenidos son compatibles con la utilización de JMAF en el 100% de las bebidas analizadas, ya sea representando la totalidad de azúcares declarados en el rótulo o como una mezcla de JMAF-sacarosa. Los azúcares e ingredientes declarados en los rótulos correlacionan con los determinados experimentalmente en la mayoría de las bebidas analizadas, aunque se hallaron casos donde el contenido de azúcares declarado es inferior al determinado experimentalmente. Adicionalmente, se determinó que un gran porcentaje de las bebidas contienen relaciones de fructosa: glucosa cercanas a 55: 45 (porcentaje esperado dado la utilización de JMAF), reportándose también relaciones de 60: 40 e incluso mayores. Conclusiones: El JMAF se encuentra ampliamente distribuido en la industria de bebidas, pese a que su presencia muchas veces se declara de manera ambigua. Dado que el efecto tóxico del consumo de fructosa en exceso se halla ampliamente documentado y que en este trabajo hemos detectado que en el 90% de las bebidas la cantidad de fructosa excede a la de glucosa, se considera fundamental establecer un etiquetado claro y de fácil comprensión, que ofrezca información útil para que el consumidor pueda tomar decisiones respecto a su estructura nutricional. Bibliografía:1-Locke, et al. Genetic studies of body mass index yield new insights for obesity biology. Nature. 2015; vol.518:197-206. 2-Britos. El mercado y el perfil nutricional de aguas y bebidas disponibles en Argentina. BsAs: CEPEA. 2014:1-10. 3-Angelopoulos, et al. Fructose Containing Sugars at Normal Levels of Consumption Do Not Effect Adversely Components of the Metabolic Syndrome and Risk Factors for Cardiovascular Disease. Nutrients. 2016; vol.8:179. 4-Pacheco Luna. Consumption of Sweeteners and their Metabolic Effects in Male Wistar Rats with Fructose-induced Metabolic Syndrome And The effects of Fructose in measures of metabolic. 2017.5-ANMAT. CAA. Cap. V, Normas para la rotulación y publicidad de alimentos.