CIG   05423
CENTRO DE INVESTIGACIONES GEOLOGICAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
ASPECTOS ESTRUCTURALES DE LA INTERSECCIÓN DE LA DORSAL DE HUINCUL CON LA FAJA ANDINA. CUENCA NEUQUINA, ARGENTINA.
Autor/es:
FRANZESE, JUAN RAFAEL; PEREIRA, MARTÍN; GUSTAVO VERGANI
Lugar:
Neuquen
Reunión:
Congreso; Congreso Geológico Argentino; 2011
Institución organizadora:
AGA
Resumen:
La Dorsal de Huincul fue reconocida, desde los inicios del estudio de la Cuenca Neuquina, por la existencia de un conjunto de estructuras plegadas de orientación casi transversal a la faja andina. El crecimiento de estas estructuras se asocia a discordancias angulares en el relleno mesozoico que evidencian una fuerte estructuración preandina que dejó una fuerte impronta en la evolución geológica del extremo norte patagónico. Este estilo de deformación fue luego comprobado hacia el este, en el subsuelo de la cuenca, con la información aportada por pozos y sísmica cada vez más detallada. El significado tectónico de dicha unidad morfoestructural tuvo diferentes interpretaciones a lo largo de los años, llegándose incluso a vincularse con un límite de placa (De Ferrariis, 1947; Orchuela et al., 1981; Ploszkiewicz et al., 1984; Vergani et al., 1995; Ramos et al 2004). En el extremo occidental de la Dorsal de Huincul, entre Zapala y el valle del río Aluminé, se observa la intersección de la misma con la faja de deformación andina. En esta región, denominada Macizo de Chacaico (Bracaccini, 1970) ambos estilos se superponen entre sí, generando un complejo sistema de pliegues y fallas con orientaciones contrastantes, vergencia variable y trayectorias curvas adaptadas de la reutilización de viejas estructuras preandinas por parte del sistema andino. Como resultado, el zócalo de la cuenca neuquina se encuentra levantado con la exposición del basamento ígneo-metamórfico (Figura 1). Un análisis estructural en el área permite distinguir diferentes elementos, algunos derivados del estilo de la Dorsal y otros de la influencia de la tectónica neógena. Los primeros están vinculados con pliegues y fallas producidos por la inversión de grábenes casi ortogonales a la cadena andina (Este-Oeste a Noreste-Sudoeste) ocurridos en diferentes etapas, las más evidentes durante el Jurásico Superior y el Cretácico Inferior. El impacto de la deformación andina más moderna, en cambio, progresó a través de un acortamiento Este-Oeste que generó la inversión de los sistemas extensionales Noroeste-Sureste y levantó bloques del basamento a través de fallas Norte-Sur (Figura 1). La intersección de todas estas estructuras generó pliegues con ejes de rumbo variable, Noroeste-Sudeste, Norte-Sur y Noreste-Sudoeste que se adaptan a la complejidad del patrón de bloques elevados del basamento. La presencia de un profundo nivel estructural exhumado durante el Jurásico y Cretácico impidió la generación de una secuencia de cinturón corrido y plegado de piel delgada tal como el que se observa hacia el Norte, en la faja del Agrio. Las evidencias de despegue dentro del paquete sedimentario se reducen a pliegues menores en las zonas donde se registra un fuerte espesor de secuencias finas de la Formación Los Molles. El área de trabajo muestra dos regiones con características diferentes. La región ubicada al norte se halla directamente relacionada con la influencia estructural de la Dorsal de Huincul y dominada por afloramientos de términos jurásicos de la estratigrafía de la Cuenca Neuquina. Hacia el sur ya no se observa tan claramente la influencia del estilo estructural de la Dorsal. En cambio, se observa un nivel estructural más somero donde el basamento se encuentra cubierto por una espesa columna mesozoica que culmina con depósitos de la Formación Bajada Colorada (Cretácico Inferior). El límite entre ambas regiones está marcado por un sistema de fallas Este-Oeste cuya expresión visible es el fuerte levantamiento del núcleo metamórfico del Cordón de las Piedra Santa por sobre capas del Cretácico inferior que limita por el sur esta área (Falla de Las Coloradas). Como producto de la tectónica neógena se reconoce la generación de un sistema de cuencas intramontanas (García Morabito y Ramos, 2008) en grandes sinclinales ubicados al oeste de fallas invertidas retrovergentes (Figura 1). En el sector norte del área de trabajo se relacionan con el levantamiento de la sierra de Catán Lil, integrada por bloques de basamento y secuencias de sin-rift jurásicas. En el sector sur, fuera del ámbito de la Dorsal, la inversión moderna de grábenes iniciales con orientación Noroeste-Sudeste produjo el plegamiento de la espesa secuencia jurásico-cretácica y la instalación de un sistema de acumulación sincinemático evidenciado por la superposición de estratos de crecimiento. La edad tope del episodio contraccional y de la generación de cuencas neógenas está datada entre 9,4 Ma. y los 8,5 Ma., edades obtenidas en lavas que cubren concordantemente a las secuencias sedimentarias.