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El estudio de insectos plaga en cultivos del Gran La Plata, Buenos Aires, mostró la presencia de una población numéricamente significativa de grillos; identificados como Anurogryllus muticus De Geer; las ninfas presentaron una gran abundancia específica de nemátodos parásitos pertenecientes a la familia Thelastomatidae. Los muestreos se realizaron sistemáticamente de manera semanal a lo largo de 3 años. Los insectos se recolectaron manualmente con la utilización de una pala, y posteriormente fueron colocados en recipientes cerrados. En el laboratorio se condicionaron para el hallazgo de nemátodos. Los parásitos fueron muertos en agua destilada a 60ºC durante 2 minutos y fijados en TAF (trietanolamina, formol y agua destilada). Los especímenes se observaron y fotografiaron en un microscopio óptico Zeiss. El esquema básico del esófago de un thelastomatido comprende las siguientes partes: bulbo basal con o sin valvas, istmo, bulbo medio o corpus con o sin valvas. Dentro de este esquema observamos una gran variación en el resto de las familias de nemátodos: en especies del género Artigasia Christie, presentan un bulbo basal valvado, un istmo largo y un bulbo medio fuertemente musculoso con valvas; en especies del género Thelastoma Cobb, el bulbo basal es valvado, un istmo corto y un corpus cilíndrico; en el género Blatticola Schwenk, el bulbo basal es valvado, el istmo es corto y carece de bulbo medio; en el género Cephalobium Cobb, el bulbo basal no es valvado, el istmo es corto y el bulbo medio es valvado; en el género Hammerschmidtiella Chitwood, el bulbo basal y el corpus son fuertemente valvados y el istmo es largo. Esta variación podría obedecer más a una gradación evolutiva que a una simple diferencia alimenticia ya que la presencia de valvas en los bulbos es un carácter que se encuentra con frecuencia en las familias de nemátodos más antigüos como son los rabdítidos.