Efectos secundarios de plaguicidas sobre Enemigos Naturales. Pautas para la integracion de Control Químico y Biológico de Plagas

SCHNEIDER, MARCELA INÉS

Córdoba, Argentina

Congreso; VII Congreso Argentino de Entomología; 2008

Sociedad Entomologica Argentina

El nuevo paradigma en el control de plagas, aboga por el uso conjunto de pesticidas y enemigos naturales en el marco de lo que se denomina Manejo Integrado de Plagas (MIP). El incremento de la importancia económica de los enemigos naturales (EN) de las plagas en la agricultura y la concientización de los riesgos que trae aparejado el uso abusivo de pesticidas de amplio espectro, han incidido positivamente en la adopción de nuevas estrategias de control de plagas más respetuosas con el medio ambiente. En Argentina, sin embargo, se emplean casi exclusivamente para el control de plagas pesticidas de amplio espectro (organofosforados, organoclorados y piretroides) y prácticamente no se utilizan EN, ni se tiene en cuenta su presencia espontánea en los cultivos. El uso abusivo de estos productos ha producido un disturbio generalizado del medio ambiente y una considerable pérdida de biodiversidad en los ambientes agrícolas. Para poder compatibilizar el uso plaguicidas y de enemigos naturales, es necesario determinar a priori los efectos ecotoxicológicos de los plaguicidas sobre estos últimos. El objetivo general es evaluar el impacto ecológico de plaguicidas registrados en la Argentina, tanto convencionales como bioracionales, con la finalidad de establecer estrategias de control de plagas, de bajo impacto ambiental. En este sentido desde el año 2005 en el Laboratorio de Ecotoxicología del CEPAVE y en forma conjunta con el CIMA se vienen realizando estudios ecotoxicológicos con plaguicidas asociados al cultivo de soja transgénica resistente a glifosato, y sobre cuatro enemigos naturales (EN) relevantes asociados a las principales plagas de este cultivo: Trichopoda giacomellii y Trissolcus basalis, parasitoides de ninfas, adultos y huevos de la “chinche verde”, Nezara viridula, respectivamente; la araña Alpaida veniliae y Chrysoperla externa, ambos depredadores generalistas. Se analizado hasta el momento 5 materias activas: incluyendo concentraciones letales y subletales y diferentes vías de contaminación. Cipermetrina resultó el insecticida más tóxico para los 4 EN y para todos los estadios de desarrollo evaluados, aún a concentraciones del orden de 0.0005 mg/l i.a., quedando el rango de toxicidad: cipermetrina>endosulfan>glifosato>spinosad. Metoxifenocida por el contrario resultó inocuo para los 4 EN. Los datos de susceptibilidad corroboraron una mayor susceptibilidad de los parasitoides, quedando el rango de susceptibilidad de la siguiente manera: T. basalis>T. giacomellii>Alpaida veniliae> Chrysoperla externa. Los resultados obtenidos hasta el momento, nos alertan sobre el impacto ecológico de los plaguicidas convencionales, resultando imprescindible su reemplazo por materias activas bioracionales y compatibles con los EN.