3.6. Biocombustibles en la provincia de Santa Fe. Una visión del biodiesel de soja

PAGGI, F.; BALAGUÉ, C. E.; VERDINI, R. A.; CASTAGNA, A.; WOELFIN, M.

Valorizzazione energetica di residui e sottoprodotti della filiera agroalimentare e forestale: Italia e Argentina.

Libellula Edizioni

Lugar: Roma; Año: 2012; p. 263 - 287

La economía de la Provincia de Santa Fe está fuertemente motorizada por la producción agropecuaria y agroindustrial. No solamente se producen y comercializan productos primarios de origen vegetal y animal (cereales, oleaginosos, arroz, legumbres, frutas, flores, ganado, etc.), sino que también se movilizan la industrialización vinculada al sector (inoculantes, aceiteras, molinos, montajes de silos, fabricación de maquinarias e implementos agrícolas, etc.) y los servicios (venta de insumos, transportes, almacenamiento, etc.). En esta matriz se introdujo una tríada tecnologica: la soja transgénica resistente a herbicida, la apertura del mercado al glifosato de origen chino, y la adopción de la siembra directa. Este paquete tecnológico no hubiera podido implantarse si no existiera previamente una industria semillera asentada y experta, una población de productores agrícolas extendida, y en general un sistema agropecuario con cierta apertura a incorporar innovaciones. En este marco, el espectacular crecimiento de la industria del biodiesel en la provincia de Santa Fe, viene impulsado por a) la fuerte presencia del cultivo de soja, y concomitantemente, del complejo de la industria aceitera más eficiente del mundo, a orillas del río Paraná, industria que ve en este producto la posibilidad de maximizar aún más sus ganancias b) el rescate de los combustibles generados a partir de la producción agropecuaria, que aportan interesantes puntos de debate: implican una reducción en la liberación de GEI, se trata de una fuente de combustible aparentemente inagotable e incorpora nuevas regiones al mercado global de combustibles, permitiendo una diversificación y por ende bajando el grado de dependencia mundial a las regiones más inestables del planeta. Esto marca las necesidades crecientes de los mercados internacional (que busca diversificar su matriz energética) e interno (que por lo mismo ya impuso un corte del 7%, apuntando a llegar al 10% en breve). Sin embargo, la inseguridad sobre las decisiones que el Estado pueda tomar (cambio en el nivel de retenciones a la exportación de biodiesel, cupo asignado, precio para mercado interno), el debate permanente sobre la veracidad de los datos sobre la contribución del biodiesel de soja en la disminución de los GEI, abren un delicado entramado que pueden afectar el comercio del mismo. Así y todo, la industria de energías renovables es la de mayor crecimiento del mundo, con un alza promedio del 64% en los últimos cinco años, y en Latinoamérica el crecimiento de esta industria es mucho mayor: 145% anual en el último lustro, lo cual indica que el mundo inversor reconoce a la zona como la que dispone de los recursos naturales para desarrollar los sectores de biocombustibles. Claramente, las ventajas competitivas han recaído en aquellos productores que han logrado un clustering cerca de la materia prima y sobre puertos internacionales. La mayor parte de la producción argentina de biodiesel se exporta a la Unión Europea. Las regulaciones imponen ciertos frenos a estas exportaciones, pero la dependencia energética de la UE sigue en crecimiento, y la Argentina se ha consolidado como un proveedor de calidad. Este sería un importante factor que apalanca las inversiones Económica y ambientalmente el balance es altamente positivo, las retenciones diferenciadas hasta el momento empujen hacia la conversión a biodiesel del aceite de soja, pero siempre quedará un desafío a futuro para la región: el uso racional de los ingresos que esta actividad genera, para mantener la feracidad de sus suelos, financiar investigaciones sobre diversificación energética, y la apropiación social de s recursos materiales y simbólicos que la presente sociedad ofrece al globo.