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Introducción: En la actualidad la vida cotidiana de muchas personas se caracteriza por la utilización de dispositivos tecnológicos y los niños no son la excepción. Tablets y smartphones son herramientas frecuentes a edades tempranas, ya sea como medio de entretenimiento o con fines educativos. No obstante, son escasas las investigaciones que indagan la comprensión simbólica de sus imágenes y aprendizaje mediado por estas herramientas. Este trabajo se ubica en una línea de investigación sobre el desarrollo infantil de la comprensión de diversos objetos simbólicos. Investigaciones previas, encontraron que los niños y niñas comprenden la función simbólica de objetos tridimensionales, como una maqueta, a los 36 meses; mientras que cuando se trata de objetos bidimensionales como fotos y videos lo hacen a los 30 (DeLoache, 1987, 1991; DeLoache & Burns, 1994; Peralta & DeLoache, 2004; Troseth & DeLoache, 1998; Troseth, 2003). Las imágenes digitales e interactivas presentan características propias, por lo que no es posible extender a ellas los resultados referidos a otras imágenes (Troseth, Russo & Strouse, 2016; Sheehan & Uttal, 2016). Su característica distintiva es que son interactivas físicamente, es decir, responden a las señales del usuario y su uso implica manipulación. Existen controversias sobre el papel de la interactividad de las pantallas en el acceso a la comprensión simbólica por parte de niños pequeños. Por un lado, la interactividad dificultaría su comprensión ya que aumentaría su impacto como objeto concreto interfiriendo en su comprensión como símbolo (DeLoache, 1987, 2004). Por otro lado, facilitaría la comprensión simbólica y aprendizaje ya que proporciona respuestas adecuadas e inmediatas a las señales que el niño emite (Choi & Kirkorian, 2016 y Kirkorian, Choi & Pempek, 2016). Objetivo: investigar evolutivamente en niños y niñas de 30 y 36 meses la comprensión simbólica de una imagen digital, 3D e interactiva. Metodología: Se adaptó la tarea de búsqueda de Deloache (1987). Se diseñó una habitación con diferentes escondites y un personaje a esconder. Se desarrolló una aplicación instalada en una Tablet 10´´, consistente en una representación virtual, con alto nivel de iconicismo, en tres dimensiones e interactiva de dicha habitación. Participaron 18 sujetos de 30 meses (M=30,33; DS=0,76) y 19 sujetos de 36 meses (M=36,32; DS=0,74). Se escondió el personaje en la habitación sin que el niño observase. Luego, a la vista del niño, se escondió el personaje navegando en la imagen 3D y se le solicitó que lo encuentre en la habitación real. El procedimiento se repitió cuatro veces con cada participante utilizando cuatro escondites distintos. Resultados y discusión: Se encontraron diferencias significativas entre las edades estudiadas (U=2128,00; p< .005). Los niños de 30 meses respondieron correctamente en un 52,78% de las subpruebas y los de 36 meses en un 75%. Se indagó el desempeño individual en base al criterio de sujeto exitoso (3 de 4 subpruebas correctas). A los 30 meses, de los 18 sujetos, 9 (50%) alcanzaron el criterio de sujeto exitoso, mientras que a los 36 meses, de los 19 sujetos, 15 (79%). Los resultados sugieren diferencias evolutivas en la comprensión simbólica de este tipo de imágenes. Los niños comprenden la función simbólica de la imagen 3D e interactiva a los 36 meses, mientras que a los 30 meses tienen dificultades para hacerlo. La interactividad y tridimensionalidad de la imagen aumentarían su impacto como objeto concreto, dificultando el acceso a la comprensión simbólica en los niños más pequeños. Por tanto, este tipo de imágenes podría equiparase a un objeto real y tridimensional. En futuras indagaciones se propone variar la manipulación de la imagen por parte del niño para indagar su impacto en la comprensión simbólica.