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Un proceso de interés industrial que puede realizarse usando catalizadores metálicos soportados es la producción olefinas de bajo peso molecular a partir de la deshidrogenación de parafinas livianas, siendo las olefinas importantes productos para la industria de plásticos. La deshidrogenación de parafinas es una reacción endotérmica la cual es limitada por el equilibrio químico, entonces, para arribar a altos niveles de conversión, es necesario trabajar a altas temperaturas. Sin embargo esto trae inconvenientes como la aparición de reacciones laterales indeseables tales como reacciones de craqueo y formación de coque, el cual envenena el catalizador [1]. Además, en estas condiciones la estabilidad del sistema catalítico en largos períodos de tiempos debe ser un requisito fundamental para el rendimiento del proceso. Generalmente, la selección de materiales como soportes para catalizadores de deshidrogenación está basado en sus características de baja acidez y de alta estabilidad térmica, ya que una muy alta selectividad a olefinas no solo depende de las características de la fase metálica, sino también, de las propiedades del soporte para minimizar reacciones colaterales. Típicos soportes utilizados son óxidos de metales, tales como alúminas, alúminas dopadas, espinelas de Zinc y de Mg [2], y otros materiales estructurados menos estudiados como son los núcleos cerámicos geometría esférica con washcoating de -Al2O3 y de espinelas de Zn y Mg [3]. Un material muy poco utilizado son los materiales carbonosos [4], sin embargo, algunos carbones podrían tener ciertas ventajas como la simple preparación y deposición de la fase metálica lográndose altas dispersiones y minimizando la transferencia de materia.