IFLYSIB   05383
INSTITUTO DE FISICA DE LIQUIDOS Y SISTEMAS BIOLOGICOS
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Educación Popular y Universidad: diálogos posibles
Autor/es:
A. DUMRAUF; A. MENGASCINI; M.C. COSENTINO; S. CORDERO; KROL, M. MANUEL
Libro:
Universidad en movimiento. Debates y memorias del X Congreso Iberoamericano de Extensión Universitaria
Editorial:
Norden- Ed. El Colectivo
Referencias:
Año: 2011; p. 106 - 117
Resumen:
Muchas, muy diversas, y de larga data son las experiencias con los denominados ?sectores populares? que se han realizado en las universidades argentinas. Se inscriben entre las actividades de ?extensión?, una de las funciones que cumple la educación superior: ?transferir? el conocimiento académico a otros ámbitos sociales. Sin embargo, difícilmente se pueda hablar aquí de ?diálogo? - ya que éste supone horizontalidad en la relación de los participantes y el reconocimiento de la legitimidad de los saberes producidos en otros contextos- y, menos aún de Educación Popular, que cuestiona a la universidad tradicional y profesionalizante y le impone el desafío de articular la formación teórica y técnico- metodológica con la político- ideológica. La Educación Popular en la universidad es, en buena medida, la contracara de la Extensión universitaria que, desde sus orígenes en Inglaterra , y con las actualizaciones necesarias, mantiene el sesgo de movimiento que proyecta intelectualmente hacia la sociedad o hacia el pueblo, un conocimiento pretendidamente neutro. En Argentina la idea de extensión es revalorada por las universidades a partir de la reforma de 1918 en relación con una aspiración de ser verdaderamente públicas . En la Universidad Nacional de La Plata fue concebida, en un principio, como una extensión educativa/ informativa, pensada para ser implementada a través de cursos, conferencias, charlas, exposiciones, actividades ?culturales?, intentando acercar a la comunidad saberes propios del ámbito académico. A través de la historia el sentido de la extensión ha ido cambiando, orientándose más hacia la transferencia tecnológica y, en los ?90, hacia los llamados ?servicios? o asesorías fuertemente ligados al mercado productivo y considerándola una fuente alternativa de ingresos para las unidades académicas. La Educación Popular, por el contrario, subraya la dimensión política de la educación reconociendo al campo educativo como un espacio de lucha de sentidos y se posiciona desde la práctica pedagógica participando de un proyecto colectivo de transformación social que disputa y construye poder. En la universidad, como en cualquier otro ámbito, la Educación Popular parte de considerar las interpretaciones de la realidad que las personas construimos en la vida cotidiana, en nuestras prácticas sociales, para deconstruirlas críticamente y reconstruirlas en un proceso en el que se afiance nuestra autonomía o, como dice Kant, que nos libere de nuestra ?minoría de edad?. Se trata de una tarea de humanos, de todos los y las que pretendemos estar en vigilia ante nuestras posibilidades de deshumanización; se trata, sin más, de un compromiso ético ? político, que parte de la solidaridad. Como dice Gentili ?la pedagogía de la esperanza debe fundarse en prácticas solidarias y acciones militantes que reconozcan que el propio sentido de la solidaridad es hoy objeto de disputa. De tal forma, el solidarismo que fundamenta nuestra esperanza radical se sustenta en el carácter liberador de la educación, principio que no tiene nada que ver con el desarrollo de acciones de caridad pobre para los más pobres. Se trata, por el contrario, de reconocer el imperativo ético de luchar contra las injusticias que produce y reproduce un sistema excluyente y discriminador. De reconocer el valor no mercantilizable de la dignidad y de la igualdad humanas. De pensar la solidaridad como compromiso de lucha por una sociedad más justa, de una lucha que no es "para" los excluidos, sino "con" los excluidos? . Es en esta dirección en la que pretendemos aportar al diálogo posible entre Educación Popular y Universidad.