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El vino de la costa producido a partir de la cepa Vitis labrusca, remite a un pasado que se caracteriza por la historia de la región de Berisso, de la cual destacamos dos elementos importantes: el origen inmigrante de la mayoría de los habitantes de Berisso y la posición socio-profesional de los inmigrados, obreros en la industria del frigorífico. En este estudio de caso es destacable que la revaloración de un producto cuya «sobrevivencia» estaba amenazada, refuerza los sentimientos de identidad y genera nuevos tipos de identificación al vino, le otorgan nuevos sentidos a los productores, consumidores y también a actores locales que ven en el producto un símbolo plausible de ser motor de desarrollo local. En el presente trabajo presentamos las relaciones entre calidad (material e inmaterial), consumo, identidad que permiten comprender las representaciones para los diferentes actores involucrados y la posibilidad o no de estimular, desde las políticas de desarrollo, estos conceptos en una nueva mirada acerca de procesos de valorización. La metodología empleada combinó técnicas propias de las ciencias exactas para el análisis físico químico y microbiológico de los vinos y técnicas cuanti y cualitativas para el estudio de las representaciones actuales que dan cuenta de la dimensión inmaterial. La expansión de su consumo queda demostrado en el presente estudio está fuertemente condicionada a la edad de los consumidores y al gusto de los vinos producidos en base a Vitis vinífera que se presenta como hegemónico o predominante. Por ello insistimos que no se trata de un producto fijo o incambiable, sino que la calidad se modela en función de la demanda actual sin desvirtuar las referencias identitarias que permitieron su resurgimiento. Palabras claves: calidad, preferencias de nuevos consumidores, referencias identitarias.