IMBICE   05372
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE BIOLOGIA CELULAR
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Diversidad en linajes paternos: el caso de dos comunidades wichí de Formosa, Argentina
Autor/es:
RAMALLO, V; SANTOS, MR; MUZZIO, MARINA; MOTTI, JOSEFINA MB; BRAVI, CLAUDIO; SALCEDA S,; BAILLIET G
Lugar:
Bogotá, Colombia
Reunión:
Congreso; XI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Antropología Biológica; 2010
Institución organizadora:
Asociación Latinoamericana de Antropología Biológica
Resumen:
En el año 2005, en el marco del proyecto multidisciplinario “De las historias étnicas a la prehistoria en el Gran Chaco”, se realizaron relevamientos bioantropológicos en comunidades wichí de Ingeniero Juárez, Laguna Yema y localidades aledañas (provincia de Formosa, Argentina).  Se buscó definir el número y diversidad de linajes masculinos, contrastando esta información con la bibliografía y los datos etnográficos e históricos conocidos para la región Mediante PCR-RFLP, se analizó un total de 93 muestras masculinas con 7 marcadores SNPs y 1 indel, además de 7 STRs. Se compararon con datos publicados de comunidades wichí de Santa Victoria Oeste, Salta. Se utilizaron los programas ARLEQUIN 3.11 y NETWORK 4.5.1 y en las redes “Median-Joining” la fórmula de estimación de pesado de caracteres (Muzzio et al. 2008) a partir de datos de la base YHRD. Se identificaron 5 haplogrupos, siendo el mayoritario en ambas localidades Q1a3a (78,5%),  de origen americano. Los restantes tienen origen extra-continental. Se estableció un total de 28 haplotipos amerindios diferentes y en 6 de los 7 sistemas STRs se identificaron alelos exclusivos. En promedio, Ingeniero Juárez presenta una diversidad alélica mayor: 3.28 ± 1.49 comparando con 3 ± 1.07 en Laguna Yema y su rango alélico es 2.7 ±1.6 y 2.3 ± 1.3 respectivamente.  Hay 11 linajes exclusivos de Inge­niero Juárez y 10 de Laguna Yema, dos localidades distantes a 70 kilómetros y sólo 1 es común con Santa Victoria Oeste. La perdurabilidad de estas singularidades a nivel molecular supone que la distribución actual de haplotipos no sería azarosa, sino producto de procesos históricos de estructuración poblacional.