IADO   05364
INSTITUTO ARGENTINO DE OCEANOGRAFIA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Acumulaciones gasíferas someras en sedimentos del subsuelo marino del estuario de Bahía Blanca (Argentina): consideraciones sismoestratigráficas y paleoambientales.
Autor/es:
ALIOTTA, S.; GINSBERG, S.S.; GIAGANTE, D.; VECCHI, L.
Lugar:
Puerto La Cruz, República Bolivariana de Venezuela
Reunión:
Congreso; V Congreso Latinoamericano de Sedimentología y I Congreso Venezolano de Geocientíficos del Petróleo.; 2009
Institución organizadora:
Asociación Venezolana de Geocientíficos del Petroleo (AVGP).
Resumen:
La región costera-marina adyacente a la ciudad de Bahía Blanca ocupa una amplia zona al sur de la provincia de Buenos Aires (Argentina). La misma presenta una costa baja, con plataforma de suave pendiente. Sedimentos areno limo arcillosos conforman una densa red de grandes y profundos canales, separados por islas y extensas llanuras de marea, que en su conjunto caracterizan la morfología regional. El área contiene centros densamente poblados, como las ciudades de Bahía Blanca y Punta Alta, e importantes complejos portuarios con muelles multipropósitos y grandes plantas industriales y petroquímicas que le dan a la zona relevancia económica a nivel nacional e internacional. En el subsuelo marino de esta región costera, a pocos metros del fondo, fueron descubiertas (Aliotta et al., 2002) importantes acumulaciones de gas (“shallow gas”). En la presente investigación se analizan sus características sismoestratigráficas, definiendo el paleoambiente sedimentario vinculado a las mismas. Como método de trabajo se ha utilizado sísmica de alta resolución (3,5 kHz), complementándola con datos de perforaciones y testigos. La concentración de gas en los intersticios de los sedimentos genera en la registración sísmica reflexiones acústicas anómalas. En una primera clasificación general, basándonos en la configuración que poseen dichas anomalías, las mismas se exhiben como cortinas acústicas o se presentan formando sectores acústicamente turbios. En el primer caso aparece un fuerte reflector bien definido en el subsuelo, el cual marca el techo de los sedimentos con gas. Por debajo de este la recepción de la señal generalmente es nula (blanco acústico) o caótica. Este tipo de acumulación gasífera conforma bolsones acústicos, que varían en la registración sísmica desde tramos pequeños, del orden de 25 m, hasta longitudes mayores a los 500 m. Entre ellos suelen presentarse zonas carentes de gas, con una correcta “visualización” de la estratificación (ventanas acústicas). Por el otro lado, los sectores acústicamente turbios se manifiestan con un reflector algo más irregular y difuso, denotando que la señal sísmica sufre una atenuación más paulatina, generando una mayor penetración y dispersión de la energía. Por ello las estructuras por debajo del techo de la acumulación de gas, en general,  no quedan totalmente ocultas. Este tipo de acumulación se ha detectado en tramos mayores a 1 km. Los datos de perforaciones señalan que el sedimento  portador de gas corresponden a un limo arenoso fino, de coloración grisácea, presentándose suelto o con cierto grado de compactación. Las concentraciones de gas normalmente se asocian a áreas donde la estratificación evidencia una paleotopografía baja, distinguiéndose en algunos casos una configuración sísmica sigmoidal progradante, dispuesta sobre una superficie de discontinuidad erosiva. Esta característica sismoestratigráfica se asocia a la antigua red de drenaje costera, representada por canales (cortes en “V”) y valles fluviales. Estos serían elementos constituyentes de un gran paleoambiente deltaico desarrollado durante el Pleistoceno Tardío-Holoceno temprano (Aliotta et al., 1999), antes de la última ingresión marina. El paulatino ascenso del mar durante el Holoceno produjo el enterramiento de la materia orgánica continental por sedimentos transgresivos areno limo arcillosos. La degradación del carbón entrampado en un  ambiente reductor originó la formación del gas, mientras que las facies sedimentarias del subsuelo controlaron su migración. El techo del depósito gasífero es evidenciado sísmicamente como una anomalía o falso reflector estratigráfico, el cual produce un ocultamiento total (cortina acústica) o enmascaramiento parcial (sector acústicamente turbio) de la estratificación subyacente. La diferencia en la respuesta sísmica observada entre estas se relaciona con la concentración del gas en el reservorio.