IADO   05364
INSTITUTO ARGENTINO DE OCEANOGRAFIA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Removilización de tefra en sistemas fluvio-lacustres afectados por la erupción del Cordón Caulle 2011: La resedimentación en los detas y sus posibles implicancias.
Autor/es:
VILLAROSA, G.; GÓMEZ, EDUARDO ALBERTO; BEIGT, D; TOYOS, G.
Lugar:
Puerto Madryn
Reunión:
Congreso; VII Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología; 2018
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Sedimentología
Resumen:
El ingreso abrupto de grandes volúmenes de tefra en sistemas fluviales afectados por caídas piroclásticas perturba los sistemas de drenaje y desencadena intensa erosión, removilización y redepositación de material no consolidado a partir de procesos fluviales y de remoción en masa. De ello derivan sustanciales cambios geomórficos a lo largo de la cuenca y en ambientes deltaicos. Patagonia Norte está surcada por gran cantidad de cuencas hídricas que desagüan en grandes lagos de origen glacial. Estos sistemas son recurrentemente afectados por erupciones explosivas de los volcanes andinos. La erupción del Cordón Caulle 2011 cubrió a las cuencas de los arroyos Pireco y Totoral (ubicadas a 40km del foco eruptivo) con una capa de ceniza y lapilli de entre 15 y 50cm de espesor. El propósito de esta investigación es cuantificar los volúmenes de tefra caídos sobre ambas cuencas y analizar el impacto de la resedimentación de estos materiales en los ambientes deltaicos, considerando las condiciones morfológicas previas y los procesos de remoción en masa que tienen lugar en los frentes deltaicos. Trabajos de campo realizados durante la erupción del Cordón Caulle (CC) 2011 y posteriormente a la misma permitieron confeccionar dos mapas isopáquicos representando la tefra de caída (2011) y post-removilización (2012). En base a éstos se efectuó un cálculo preliminar (en entorno GIS) de los volúmenes caídos y removilizados en ambas cuencas utilizando un método de interpolación lineal. Se analizó mediante imágenes SPOT la progradación de las planicies deltaicas durante el período 2011-2017, vinculando estos resultados con el proceso volcánico y con parámetros meteorológicos registrados en las cuencas. Mediante relevamientos batimétricos de alta resolución realizados con un Sonar Batimétrico por Medición de Fase durante la erupción y en años posteriores (2014, 2017) se estudió la evolución temporal de la morfología subacuática y se analizaron los procesos de remoción en masa en los frentes deltaicos. Se instalaron colectores de sedimentos en suspensión durante y posteriormente a la erupción a fines de determinar las características del material involucrado y las tasas de sedimentación en los deltas.El área de estudio fue particularmente afectada por caídas piroclásticas durante el mes de junio de 2011, cuando ~72 x 106m3 de tefra se depositaron sobre estas cuencas. La abundante precipitación (nívea y pluvial) registrada durante este mes (˃400mm) y en meses subsiguientes favoreció 1) una rápida removilización hacia los ambientes deltaicos y 2) la presencia de depósitos de tefra intercalados en el paquete níveo que fueron removilizados hacia los deltas durante los meses del deshielo. Para comienzos de 2012 se registró una pérdida neta de tefra en las cuencas de ~ 7 x 106 m3 y una significativa progradación de las planicies deltaicas, involucrando un área de 25.6 x 104 m2. Imágenes satelitales previas a la erupción sugieren la presencia de una amplia terraza lacustre bordeando las planicies deltaicas, la cual fue rápidamente agradada durante la erupción, debido al aporte de un volumen de al menos ~2 x 106m3 de material piroclástico. Los relevamientos batimétricos en 2011, 2014 y 2017 mostraron máxima acumulación de tefra en el área cercana a las desembocaduras de ambos arroyos, principalmente en la terraza y en la porción superior de los frentes deltaicos (alcanzando un espesor máximo de 30m en el frente deltaico del delta Pireco en el período 2011-2014). Numerosos movimientos en masa se identificaron en los frentes en el año 2011, registrándose retrocesos de escarpas y nuevos deslizamientos durante los años posteriores a la erupción. Un área particularmente dinámica fue el delta del arroyo Totoral, donde a principios de 2012 se logró registrar un deslizamiento que involucró principalmente material piroclástico y orgánico y que colmató y desplazó una trampa de sedimentos en suspensión ubicada en un sector distal de dicho delta.La identificación de numerosos rasgos de remoción en masa durante la erupción, cubriendo sectores progradados y no progradados de los frentes deltaicos, indica la existencia de condiciones previas de inestabilidad en estas pendientes. Los cambios morfológicos significativos registrados en los ambientes subacuáticos desde el inicio de la erupción debidos a los grandes volúmenes de tefra depositada sobre la terraza lacustre y los frentes deltaicos despiertan un interrogante acerca de la frecuencia y magnitud de los movimientos en masa subacuáticos en años venideros, dada la alta persistencia (años a décadas) que suelen presentar los fenómenos disruptivos derivados del ingreso masivo de material piroclástico a un sistema fluvial.