IMEX   05356
INSTITUTO DE MEDICINA EXPERIMENTAL
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Tromboembolismo venoso yembarazo
Autor/es:
SÁNCHEZ-LUCEROS A
Lugar:
Palacio Retiro Buenos Aires
Reunión:
Simposio; VII congreso Argentino de Hemostasia y Trombosis-Simposio Eventos Tromboembólicos en Diferentes Situaciones Clínicas; 2006
Institución organizadora:
Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis. CATH
Resumen:
Desde épocas medievales se ha reconocido el aumento del riesgo de trombosis durante el embarazo y después del parto. Los primeros médicos pensaron que éstos se relacionaban con la producción de leche materna, que era retenida en la pierna, por lo que al final del siglo XVIII, los servicios de salud pública recomendaban el amamantamiento como prevención. Durante el embarazo los niveles de factores procoagulantes aumentan, siendo importantes para mantener la integridad de la interfase feto-placentaria y poder cumplir con la demanda impuesta por el parto sobre la hemostasia. A la vez ocurre un descenso de inhibidores naturales, con desarrollo de resistencia a la proteína C activada adquirida. También se observa aumento de la actividad fibrinolítica, especialmente de inhibidores, con hipofibrinolisis final. Los mecanismos fisiológicos de estos cambios son pobremente conocidos, y se traducen en un estado vulnerable de hipercoagulabilidad fisiológica. La verdadera incidencia del tromboembolismo venoso (TEV) durante el embarazo es desconocida. Me Coll y col. estudiaron la incidencia de trombosis venosa profunda (TVP) y embolia de pulmón (TEP) en 72000 partos en Glasgow, Escocia, durante un período de 11 años: la incidencia de TVP fue de 0,71/1000 partos y de TEP de 0,15/1000 partos. Este riesgo determina alrededor de un evento de TEV cada 1000 partos. Desde el punto de vista clínico, no hay una preponderancia de eventos en algún trimestre, pero sí una llamativa predisposición a que el miembro inferior izquierdo sea más afectado que el derecho (90%), comparado con no embarazadas (55%). La TVP compromete mayormente las venas íleofemorales (72%). La incidencia de TVP y TEP es 3 y 8 veces mayor en el puerperio que intraembarazo, y mayor en el parto por cesárea que por vía vaginal (2,6 % vs. 1%). Los factores de riesgo principales, excluyendo las trombofilias, son: la edad > a 35 años, multiparidad (4 embarazos o >), el sobrepeso (> a 80 Kg.), el parto por cesárea (especialmente de urgencia), el trauma pelviano (fórceps, manipulación uterina), la historia de TEV previo y la sepsis uterina. El diagnóstico clínico de TEV en la embarazada enfrenta algunas dificultades, ya que durante el embarazo los síntomas son comunes (edema de miembros inferiores, y taquipnea o incluso disnea) y frecuentemente de origen no trombótico. Tanto es así que menos del 10% de embarazadas consecutivas con sospecha clínica de TVP confirmaron el diagnóstico, comparado con el 25% de población no embarazada. Otra dificultad diagnóstica es el riesgo de exposición fetal a la radiación de algunos procedimientos diagnósticos.
Antitrombóticos durante el embarazo y la lactancia:
Debido a la falta de datos con respecto a la eficacia cíe anticoagulantes durante embarazo, las recomendaciones se basan en gran parte en extrapolaciones de datos de pacientes no embarazadas, de informes de casos, o series de pacientes embarazadas. Siempre se debe considerar a los dos pacientes, madre y feto y evaluar el período del embarazo en curso. La administración racional de profilaxis depende de identificar a mujeres en riesgo de trombosis y cuan-tificar exactamente ese riesgo. Fuera del embarazo, las he-parinas de bajo peso molecular (HBPM) y el danaparoide son tan eficaces como la heparina no fraccionada (UFH) para el tratamiento de TVP proximal y para la prevención de trombosis en pacientes quirúrgicos. Ambos compuestos no atraviesan placenta, y series grandes de casos indican que la HBPM es segura para el feto. Este grupo de hepa-rinas tiene ventajas potenciales sobre UFH durante el embarazo: tienen menor incidencia de HIT, trombocitopenia inducida por heparina; p)oseen una larga vida media y una curva dosis respuesta confiable, incluso como para ser administradas una vez por día; y se asocian a un riesgo más bajo de hemorragia y osteoporosis. Las HBPMs y la UFH pueden inducir reacciones alérgicas en piel, que se presentan como placas infiltradas, pruriginosas y. eritematosas que resuelven cuando se cambia la preparación, aunque puede existir reacciones cruzadas.
Complicaciones fetales de los anticoagulantes: Existen dos complicaciones fetales potenciales de la terapia materna con antitrombóticos: la teratogenicidad y la hemorragia. Las heparinas no atraviesan la placenta, y aunque no tienen el potencial de acción sobre el feto, la interfase útero-placentaria puede afectarse por hemorragia. Los derivados cumarínicos atraviesan la barrera placentaria y pueden causar hemorragia fetal y teratogenicidad. La exposición a estos compuestos durante el primer trimestre (entre 6-12 sem), puede causar una embriopatía característica. Por otro lado, la exposición del feto al efecto anticoagulante de estas drogas constituye un riesgo en las últimas semanas de embarazo, particularmente en el momento del parto, ya que se suma a la anticoagulación fetal el trauma del canal de parto con mayor riesgo de hemorragias severas en el recién nacido.
Lactancia: La heparina estándar y la de bajo peso molecular no son secretadas en la leche materna y pueden ser indicadas con segundad. También existen trabajos que han demostrado que los anticoagulantes orales ingeridos por las mujeres durante la lactancia no inducen efectos anticoagulantes en los bebés alimentados a pecho. Citar: Acta Bioqulm Clin Latinoam 2006; Supl. 5: 60-61