CEFYBO   02669
CENTRO DE ESTUDIOS FARMACOLOGICOS Y BOTANICOS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
HACERSE "MALA SANGRE" EN EL CHACO ARGENTINO: ETIOLOGÍAS, DIAGNÓSTICO Y TERAPÉUTICA FOLK
Autor/es:
SCARPA, G.F.
Lugar:
México D.F. y Puebla, México
Reunión:
Congreso; 41º Congreso Internacional de Historia de la Medicina; 2008
Institución organizadora:
Sociedad Internacional de Historia de la Medicina
Resumen:
El objetivo de esta comunicación es caracterizar la entidad nosológica conocida como "mala sangre" en la etnomedicina folk del Chaco argentino desde el punto de vista etiológico, diagnóstico y terapéutico. La metodología consistió en analizar datos de primera mano recopilados a lo largo de doce años con 93 informantes criollos del oeste de la provincia de Formosa, del este de Salta y del norte de San Juan. Estos fueron obtenidos en 10 trabajos de campo, durante los cuales se coleccionó el material vegetal empleado como remedios y se realizaron entrevistas semi-estructuradas acerca de su etnobotánica médica y etnomedicina. Los resultados indican que el "mal estado de la sangre" y sus homólogos "sangre enalterada", "sangre sucia", "sangre gorda" y "sangre espesa", son empleados en el discurso médico criollo para referir a un trastorno folk caracterizado por múltiples esquemas etiológicos. Los criollos refieren que los agentes que actúan sobre la sangre alterándola pueden ser: a) presencia de "estómago sucio" debido a una alimentación excesivamente "cálida"; b) por inoculación de venenos (de viboras, arañas); c) por estados hipertérmicos debido a insolación, fiebres o calor ambiental excesivo; d) por contusiones, e) por "aire" (agentes alergógenos); f) por irritación nerviosa; o por g) diabetes, colesterol o cáncer. Los síntomas referidos son muy diversos y se hallan en función del agente que haya ocasionado la alteración, aunque claramente prevalecen trastornos con manifestaciones en la superficie corporal. La etiología "estómago sucio" por ejemplo, determina, entre otras cosas, modificación en la secreción láctea materna produciendo "empacho" o "pático" en los lactantes; "malos granos" (diviesos pustulosos), "chupos" (forúnculos), dormición de extremidades, heridas "pasmadas" (infectadas), etc. La terapéutica incluye tratamientos extractivos o reabsorbentes, según los casos. Entre los primeros se registró la administración de sudoríficos, laxantes, eméticos y diuréticos; así como la aplicación de enemas (y de sangrías en su medicina veterinaria). En todos los casos el propósito perseguido es el de "limpiar" la sangre, extrayendo y eliminando sus impurezas por los emuntorios. Entre los reabsorbentes, no menos importantes, se administran remedios con el fin de fluidificar, movilizar o "disipar" la sangre que, por su consistencia "espesa" o acumulación en el medio interno, ocasionan trastornos al buen funcionamiento del organismo. Estos remedios responden en líneas generales a aquellos caracterizados como "secantes" por los informantes, los cuales son empleados también como cicatrizantes, antiulcerosos, etc. En síntesis, el trastorno conocido como "mala sangre" responde a variados agentes etiológicos que como denominador común tienden a alterar sus condiciones normales, necesarias para un buen funcionamiento del organismo. La sintomatología varía de acuerdo a la naturaleza de dichos factores causales, mientras que su terapéutica principal es la conocida "purga", ya sea mediante técnicas evacuatorias o mediante la reabsorción del mal.