. Inmunosupresión y estrategias para lograr la tolerancia en el trasplante

GUERRIERI DIEGO

Guayaquil

Congreso; II Congreso Internacional de Donación y Trasplante Ecuador (CIDTE 2014); 2014

Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (INDOT) de Ecuador

Los trasplantes de órganos y tejidos son una herramienta terapéutica que ha permitido mejorar la calidad de vida de muchos pacientes con insuficiencia renal terminal. La utilización de nuevas drogas inmunosupresoras han logrado incrementar notablemente la sobrevida del injerto, evitando o reduciendo principalmente el rechazo agudo. Sin embargo, es importante destacar que la supervivencia del injerto a largo plazo sigue siendo pobre (1, 2). El rechazo del aloinjerto es el mayor obstáculo para aumentar la sobrevida en el trasplante de órganos. La respuesta mediada por células T a través del reconocimiento de aloantígenos presentado por células dendríticas del donante y del receptor desempeña un papel fundamental en el rechazo del aloinjerto. Para controlar el rechazo del aloinjerto los pacientes dependen de agentes inmunosupresores que inhiben la activación de células T alorreactivas. Sin embargo, los fármacos inmunosupresores tienen efectos secundarios graves y los pacientes son susceptibles a la infección y el cáncer. En los últimos años se ha avanzado en estrategias que promuevan la "tolerancia"(3, 4), entendiéndose como tolerancia como un estado fisiológico de ausencia de respuesta inmune específica hacia aloantígenos, en el caso de trasplantes alogénicos.