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Durante los primeros años de las carreras de Farmacia y Bioquímica, los estudiantes no sólo se enfrentan a desafíos curriculares sino también a nuevas metodologías de aprendizaje y evaluación. Durante las clases de laboratorio las actividades grupales cobran nueva dimensión como estrategia para desarrollar capacidades de trabajo en equipo (colaboración, organización, toma de decisiones) y potenciar aptitudes individuales a partir del aprendizaje entre pares (Panitz T., 2007). La confección de informes sobre actividades realizadas en clase supone una labor grupal de reflexión que requiere el análisis de las observaciones registradas y la discusión conjunta de los resultados experimentales. La incompatibilidad horaria producto de actividades académicas, laborales o extracurriculares dificulta o incluso imposibilita el encuentro presencial entre los integrantes del equipo a la hora de elaborar el informe. Frente a esta situación, los estudiantes parecen optar por estrategias que no priorizan el espíritu colaborativo que se intenta fomentar: confección de informes desarticulados, exclusión de miembros en la elaboración grupal, entrega de trabajos generados individualmente en nombre de todo el grupo y copia textual de informes entregados por cohortes anteriores. Ante este panorama, nos propusimos acercar a estudiantes que cursan el primer año a las nuevas herramientas existentes para el trabajo colaborativo no presencial (Stahl G., 2002). La experiencia se realizó bajo la modalidad de Taller (denominado ?Herramientas para el Trabajo Colaborativo?) y consistió en un único encuentro presencial de dos horas de duración donde se plantearon actividades concatenadas que contemplaban el uso de las herramientas Google Docs® y Google+ Hangouts® (procesador de texto virtual y programa de videoconferencias que admiten la participación de múltiples usuarios en línea), Dropbox® (almacenamiento en la nube) y la opción de control de cambios del procesador de textos Microsoft Word® (corrección de documentos). El principal objetivo propuesto en la elaboración de la secuencia didáctica fue generar un proceso experiencial de modo que los alumnos aprendieran acerca de las nuevas herramientas a partir de su uso. La secuencia didáctica del taller se compuso de un segmento teórico (15 minutos) que actuó como seminario introductorio para presentar las características y posibles usos de cada herramienta y un segmento práctico (105 minutos) donde se desarrolló una actividad grupal (3-4 integrantes por equipo, cada integrante disponía de una computadora individual). La actividad propuesta contemplaba el uso de cada herramienta mediante las siguientes acciones: - Dropbox®: los alumnos crearon una cuenta, aceptaron una carpeta compartida por los docentes y descargaron la imagen de una historieta inconclusa. - Google Drive®: los estudiantes crearon una cuenta, generaron un documento de texto y escribieron en línea un final hipotético para la historieta entre todos los integrantes del grupo. Luego cada integrante descargó el documento como archivo de Word®. - Microsoft Word®: proveído el final original de la historieta (a través de Dropbox®), cada participante modificó el documento utilizando la opción de control de cambios para mejorarlo o completarlo. - Dropbox®: un integrante del grupo creó una carpeta y la compartió al resto del grupo; cada integrante subió a esta carpeta su propia versión mejorada del documento. - Microsoft Word®: cada estudiante descargó de Dropbox® un documento escrito por otro compañero del grupo y debió llegar a una versión final del texto únicamente aceptando y rechazando cambios. - Google+ Hangouts®: se propuso discutir la experiencia realizada a través de una videoconferencia. En el taller participaron un total de 77 estudiantes, encuestados antes y después de realizada la actividad. Según la encuesta previa al taller, el 87,0% de los participantes manifestó la dificultad que presenta concertar encuentros presenciales entre los integrantes de grupo, destacándola como la principal limitante a la hora de confeccionar informes. No siendo el acceso a equipos ni a Internet una limitante, solo el 9,7% manifestó utilizar el modo virtual para llevar a cabo actividades de producción colaborativa. Si bien las herramientas propuestas para la realización del taller eran conocidas por la mayoría de los participantes, varios funcionaban como usuarios no activos y solo un pequeño porcentaje las utilizaba habitualmente. Finalizado el taller, el 26,3% de los encuestados manifestó participar de encuentros virtuales mientras que existió una clara disminución de un 86,7% en la realización de experiencias exclusivamente presenciales. Por otro lado, el 63,0% de los estudiantes que elegían las experiencias mixtas priorizaba la forma virtual por sobre la presencial. Al consultar acerca del uso de las herramientas trabajadas en la actividad, el 73,7% manifestó utilizar Dropbox®, el 52,6% Google Docs® y el 36,9% la opción de control de cambios del Microsoft Word®, observándose un claro incremento en su uso en comparación con valores obtenidos previo al taller. Los participantes destacaron como principales ventajas de las nuevas herramientas la posibilidad de acceder a los trabajos desde cualquier terminal con Internet (63,2%), trabajar sincrónicamente varios individuos sobre un mismo documento (57,9%) y administrar eficientemente múltiples versiones de un documento en elaboración (52,6%). Finalmente, el 94,7 % de los encuestados reconoció que los conocimientos desarrollados a lo largo del taller incidieron positivamente sobre sus tareas académicas e incluso laborales. El taller no sólo capacitó a los estudiantes en el uso de nuevas herramientas virtuales para el trabajo colaborativo sino que generó un cambio en sus prácticas de trabajo grupal (?Nos permitió simplificar los trabajos grupales. Todos los TPs que realizamos fueron hechos 100% con las herramientas?). El desplazamiento hacia una modalidad de trabajo virtual permitiría resolver en parte la problemática subyacente al encuentro presencial y potenciar el espíritu colaborativo durante el trabajo en equipo. Además, los estudiantes podrían actuar como una semilla generadora de cambios en la modalidad de trabajo de sus pares, propagando en forma horizontal las herramientas. Entre los desafíos pendientes para seguir fortaleciendo y revalorizando el trabajo colaborativo se encuentran estimular el acceso de más estudiantes a las herramientas disponibles para evitar que su desconocimiento actúe como limitante e incorporar al programa del taller otras herramientas de uso común entre los alumnos, como ser Facebook®, que permitirá expandir y entrelazar la dinámica grupal entre distintas plataformas virtuales.