NUEVO REGISTRO DE ESTRUCTURAS DE PROTECCIÓN ACCESORIAS EN GLYPTODON OWEN, 1839 (MAMMALIA, CINGULATA, GLYPTODONTIDAE)

TORIÑO, P.; LECUONA, G.; PEREA, D.; ZURITA, A. E.,

San Juan

Congreso; VI Congreso Latinoamericano de Paleontologia de Vertebrados; 2011

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A pesar de que los gliptodontes han sido objeto de atención en numerosas publicaciones desde la primera mitad del Siglo XIX, existen varios aspectos de su anatomía que aún resultan poco conocidos, particularmente en lo referente al dermatoesqueleto. Un ejemplo de ello es la escasa información existente sobre la presencia de huesos dérmicos en las regiones del cuerpo no protegidas por el escudo cefálico, la coraza o los anillos caudales. En este sentido, apenas en los últimos años se ha documentado de manera fehaciente la presencia de osteodermos para las extremidades, la región ventral-púbica y el rostro en ejemplares de Glyptodon, y la presencia de osteodermos "accesorios" articulando directamente con los bordes de la coraza y/o del escudo cefálico (ver referencias). Dada la escasez de estos registros, la colecta y preparación de nuevos ejemplares demandan una especial atención, en busca de estos elementos óseos tan particulares. En este trabajo se presenta un nuevo ejemplar de Glyptodon clavipes Owen, 1839 del Pleistoceno tardío de Uruguay. Este incluye la coraza casi completa, partes de anillos caudales y varios restos del endoesqueleto, junto a numerosos osteodermos de morfología muy particular, no correspondiente con la de los conocidos clásicamente para el exoesqueleto (Museo Paleontológico "Alejandro Berro". Mercedes: MPAB 4083). Entre estos elementos se encuentran cientos de pequeños osículos irregulares, hallados dispersos en el interior de la coraza. Más de un centenar fueron colectados en la zona de la apertura cefálica y muestran similitud con los descritos para el rostro de G. munizi Ameghino, 1881 (Soibelzon et al., 2006). El resto incluye lotes de osículos de posición incierta, aunque varios resultan similares a los descritos para la región ventral y púbica de G. reticulatus Owen, 1845 (Tauber & Di Ronco, 2000). Tal como se ha propuesto, probablemente la mayoría de estos osículos no articulaba directamente, sino que estarían próximos entre sí e incluidos en la dermis, como en armadillos y algunos perezosos extintos. Evidentemente, su presencia contribuiría al endurecimiento del cuero en las regiones no protegidas por el resto del exoesqueleto. Por otra parte, cerca de la apertura cefálica fueron hallados varios osteodermos desarticulados de gran tamaño, incluyendo 10 pares simétricos de tubérculos cónicos rugosos, muy similares a los que forman una fila imbricada en la apertura cefálica de G. reticulatus y G. munizi (Zurita et al., 2010), y a los que articulan con el borde posterior del escudo cefálico en esta última especie (Soibelzon et al., 2006). Probablemente, la presencia de esos tubérculos otorgaría una mayor protección a nivel nucal. Por último, en la cara interna de los bordes de la coraza se detectaron pequeños osteodermos irregulares ocupando espacios entre placas, un carácter que hasta ahora sólo había sido observado para G. munizi (Zurita et al., 2010).