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Se propuso el uso de quitosano (poly--(1-4)-D-glucosamina), biopolímero extraído a partir del desecho de exoesqueletos proveniente de pesquerías de crustáceos, como una herramienta para mejorar la calidad de los mejillones comercializados precocidos. Se asignaron al azar mejillones a dos grupos ?control? y ?tratamiento?; estos últimos fueron recubiertos en una solución de quitosano 1% (p/v) en ácido acético al 1% (v/v). Ambos grupos fueron almacenados en hielo a 2°C y a los 0, 2, 4, 7 y 10 días se realizó un análisis sensorial, mediante el Método del Índice de Calidad (QIM) con 12 panelistas entrenados, se registró el pH y se cuantificaron las bacterias mesófilas y psicotróficas en placas Petrifilm? 3M AC. El análisis sensorial indicó que los mejillones ?control? resultaron inaceptables para los panelistas a los 4 días, con un índice de calidad (QI= 5,83 ± 0,11), mientras que los mejillones tratados con quitosano mostraron valores de QI similares (5,75 ± 0,11) a los 10 días de almacenamiento, indicando una prolongación de su vida útil en 6 días. El color y la apariencia del manto fueron los atributos responsables de estas diferencias. El pH registrado a los 10 días fue para mejillones ?control? de 6,79 y para los tratados con quitosano fue de 5,92. Si bien hubo diferencias significativas en el pH de ambos tratamientos (t, p0,05). El análisis microbiológico mostró diferencias significativas en el recuento de bacterias psicotróficas para mejillones con y sin quitosano (t, p