Comunidades de aves ribereñas a lo largo de un gradiente urbano-suburbano: análisis de hábitat a multiescala en una megalópolis

PEREPELIZIN P.; MELIGNANI E; FAGGI A

Jornada; Reunion Verde Urbano; 2012

El 40% de la población argentina (aproximadamente 16 millones de habitantes) vive en el conglomerado urbano establecido por la Ciudad de Buenos Aires y el área metropolitana. Debido a una falta de planificación sumada a un uso descuidado del ambiente, se observa un severo impacto en los cursos de agua ligados a la matriz urbana. Los impactos incluyen contaminación de las aguas, pérdida y transformación de las zonas de ribera, vertido de residuos, pérdida de usos recreativos, etc. El área más representativa de esta situación es la cuenca de los ríos Reconquista-Luján, Matanza-Riachuelo y el frente estuarino del Río de la Plata. Reclamos de la sociedad civil han impulsado la toma de medidas de limpieza, construcción de caminos y recuperación de espacios verdes en las márgenes ribereñas. Se censaron 103 puntos de conteo de aves considerando datos de riqueza y abundancia de las comunidades de zonas de ribera del área metropolitana de Buenos Aires (incluyendo la alta y baja cuenca del Reconquista-Luján, Matanza-Riachuelo y frente costero del Río de la Plata comprendido por el tramo Tigre-Ciudad de Buenos Aires). La información obtenida se contrastó con la estructura de hábitat a escala local (50 m de radio) y de paisaje (500 m de radio) considerando 19 variables en total. Los resultados indican correlaciones entre las variables a escala local y de paisaje. La riqueza total de aves fue de 103 especies. Las aves poco frecuentes (aquellas vistas en menos del 10% de los puntos, total 74 especies) aumentaron hacia el área suburbana. La abundancia de especies exóticas disminuyó hacia las áreas menos urbanizadas. Las aves de bosque y de pastizal desaparecieron al aumentar la proporción de superficie construida en contraposición a la riqueza de aves urbanas que fue máxima. El uso del suelo tanto a escala local como de paisaje afecta la presencia y abundancia de aves al estar estrechamente relacionadas. Se recomienda incorporar a la matriz urbana componentes del paisaje natural como especies vegetales nativas, diversos estratos vegetales, bordes de ribera sin modificar, vegetación palustre, etc. para conservar las comunidades y amortiguar la presión de urbanización.