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Desde mediados del siglo pasado, el Del Ponte y Blaksley con estudios epidemiológicos y el botánico Martínez Crovetto fueron los precursores del interés hacia la biodiversidad presente en las ciudades. Hacia mediados de los 1980s, se incentivó el interés por estudiar la biodiversidad urbana en parques y áreas ecológicamente significativas para recalcar la importancia de su conservación. Hacia fines del siglo pasado, los aportes inspirados en el concepto de sustentabilidad relacionaron a la biodiversidad con la trama urbana y buscaron generar recomendaciones sobre planificación de las ciudades. Si bien la mayoría de las contribuciones provenían del área metropolitana de Buenos Aires, la temática urbana no era ajena en el resto del país. Ciudades como Mendoza, Tucumán, San Juan, Bahía Blanca, Córdoba y Mar del Plata, entre otras, imprimieron un marcado impulso a los estudios ecológicos, en algunos casos ya con enfoques multidisciplinarios. El futuro de la disciplina en Argentina exige la profundización de dichos enfoques y su abordaje integral.