PROGRAMA VOCAR

Futuros científicos: estudiantes secundarios visitaron dependencias del CONICET La Plata

Alumnos del Colegio Nacional y la Escuela Nro. 33 recorrieron un centro de tecnología de pinturas y un instituto de investigación en ciencias sociales.


Recorren, observan, tímidos pero curiosos. Atesoran folletos, los leen con atención. Escuchan, preguntan, quieren saber. La escena se repite cada vez más seguido en pasillos, laboratorios y aulas de distintos centros e institutos de investigación. Es que al trabajo que realiza el Centro Científico Tecnológico (CCT) CONICET La Plata para promover las vocaciones científicas de los más jóvenes, se suma la excelente predisposición de los investigadores para colaborar con esas iniciativas, y el interés de alumnos y docentes por acercarse al mundo de la ciencia.

Ese interés común es el que motoriza las acciones del Programa de Promoción de Vocaciones Científicas (VocAr) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), que se materializan a nivel local con la realización de las ya clásicas Jornadas de Divulgación Científica para estudiantes del nivel primario y secundario que este año se desarrollaron en dos ediciones.

Es tal el entusiasmo que despiertan estas acciones en docentes y alumnos que, por fuera de esas convocatorias, suelen llegar al organismo distintas solicitudes para la realización de diversas visitas. En ese marco fue que, en los últimos días, decenas de chicos de quinto y sexto año de secundaria recorrieron dos unidades ejecutoras del CCT CONICET La Plata: alumnos del Colegio Nacional visitaron el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Pinturas (CIDEPINT, CONICET – CICPBA) y estudiantes de la Escuela Media Nro. 33 se acercaron hasta el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS, CONICET – UNLP).

Iniciativa solidaria

Acompañados por el docente de Química, Diego Peña, unos 15 alumnos del Nacional visitaron el CIDEPINT. Los chicos forman parte de un proyecto de extensión de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) que tiene un fin solidario: elaborar un colector solar y una pintura absorbente de calor para pintarlo, con el objetivo de donarlo a un establecimiento rural. Para ello, trabajaron durante horas junto a los profesionales del centro de investigación, que los asesoraron y ayudaron en la preparación del recubrimiento.

Peña es profesional principal (R) del Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas (CINDECA, CONICET – UNLP) y desde hace varios años viene trabajando en esta iniciativa junto a su colega Carlos Toledo y los estudiantes que cursan Electromecánica en la Escuela Técnica Nro. 3 de La Plata. Los alumnos de Toledo fabrican el colector y los chicos del Nacional desarrollan la pintura. El proyecto ya tuvo un resultado concreto hace muy poco: la colocación de un calefón solar en la Escuela Primaria Nro. 15 de Ranchos, Buenos Aires.

Científicos sin guardapolvo blanco

Más de 20 alumnos de la Escuela Media Nro. 33 que cursan la asignatura “Proyecto de Investigación en Ciencias Sociales” eligieron acercarse al IdIHCS para conocer más sobre el ámbito científico. Acompañados por investigadores y profesionales del instituto pudieron recorrer las flamantes oficinas que ocupa en el edificio C de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP.

La primera imagen que recibieron derribó el preconcepto que traían del científico con guardapolvo blanco: vestidos “de civil”, investigadores de disciplinas como sociología, historia o literatura les mostraron el mundo de las ciencias sociales. Luego asistieron a una charla en la que conocieron más sobre el CONICET, los sistemas de becas, las distintas carreras que se dictan en esa unidad académica y algunas experiencias personales de los profesionales del instituto. Para finalizar, recorrieron la biblioteca y otros ámbitos de la facultad.

Recorrieron pasillos, aulas, laboratorios. Observaron con curiosidad, preguntaron, despejaron dudas, derribaron mitos. Se fueron leyendo con atención la folletería que les describe un mundo, el científico académico, que tiene espacio para ellos si finalmente su vocación va por ese camino. Ese es, en definitiva, el objetivo de estas acciones que impulsa el CONICET: despertar el interés por la ciencia en los más jóvenes.

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