INVESTIGADORES
LARROSA Juan Manuel Ceferino
capítulos de libros
Título:
Econofísica y economía: Cerrando la brecha
Autor/es:
TOHMÉ, FERNANDO; LARROSA, JUAN M.C.; CARAMUTA, DIEGO
Libro:
Anales de la Primera Reunión Interdisciplinaria Ventania
Editorial:
EdiUNS
Referencias:
Lugar: Bahía Blanca; Año: 2008; p. 111 - 121
Resumen:
El desarrollo de la Econofísica [1] muestra claramente que las barreras entre el comportamiento no-intencionado (propio del mundo físico) y el intencionado (en el mundo social) pueden desdibujarse en muchos casos. Esto es particularmente así cuando se considera el comportamiento agregado, en el que la coordinación de entidades con capacidad de discernimiento y decisión, como lo son los agentes económicos, pueden dar lugar a resultados observables no muy diferentes de los estudiados en física de la materia condensada. Un área donde este desdibujamiento de las diferencias es más palpable es el de las finanzas, donde en mercados de escala mundial se compran y se venden numerosos títulos en grandes volúmenes diarios. Un físico rápidamente nota, contemplando los gráficos de las series resultantes, que tienen una gran analogía con los comportamientos críticos de numerosos fenómenos físicos, para los cuáles ya existen variadas y muy útiles herramientas de análisis y fundamentalmente de predicción. Es en este último punto en el que las diferencias entre el enfoque propio de la física y el de la economía parecen ser máximas. Mientras que el primero pondera los modelos formales fundamentalmente en términos de su capacidad de predicción, la economía se concentra en la capacidad explicativa de los mismos. Para entender la distinción que hacemos entre explicar y predecir consideremos el esquema formal central de la economía, la teoría del equilibrio general. El objetivo de la misma es básicamente determinar las condiciones que permitan asegurar la existencia de un equilibrio simultáneo de las ofertas y demandas en diferentes mercados. Dado que las condiciones por el lado de la demanda conciernen a las preferencias de los agentes en la economía, estas son en general inobservables. Por lo tanto, una discusión acerca de un sistema de precios de equilibrio es de naturaleza contrafáctica. Es decir, del tipo Si las condiciones X, Y, Z... se dieran, entonces observaríamos un vector de precios p, siendo que esas condiciones pueden no darse nunca en la realidad. Aunque suene extraño al oído de los físicos, este tipo de razonamiento es útil para los economistas, porque les ayuda a explicar cómo funciona el sistema económico. Es decir, explicarlo, aún cuando no se pueda predecir sus resultados. Por lo tanto, una discusión acerca de un sistema de precios de equilibrio es de naturaleza contrafáctica. Es decir, del tipo Si las condiciones X, Y, Z... se dieran, entonces observaríamos un vector de precios p, siendo que esas condiciones pueden no darse nunca en la realidad. Aunque suene extraño al oído de los físicos, este tipo de razonamiento es útil para los economistas, porque les ayuda a explicar cómo funciona el sistema económico. Es decir, explicarlo, aún cuando no se pueda predecir sus resultados. Es en este último punto en el que las diferencias entre el enfoque propio de la física y el de la economía parecen ser máximas. Mientras que el primero pondera los modelos formales fundamentalmente en términos de su capacidad de predicción, la economía se concentra en la capacidad explicativa de los mismos. Para entender la distinción que hacemos entre explicar y predecir consideremos el esquema formal central de la economía, la teoría del equilibrio general. El objetivo de la misma es básicamente determinar las condiciones que permitan asegurar la existencia de un equilibrio simultáneo de las ofertas y demandas en diferentes mercados. Dado que las condiciones por el lado de la demanda conciernen a las preferencias de los agentes en la economía, estas son en general inobservables. Por lo tanto, una discusión acerca de un sistema de precios de equilibrio es de naturaleza contrafáctica. Es decir, del tipo Si las condiciones X, Y, Z... se dieran, entonces observaríamos un vector de precios p, siendo que esas condiciones pueden no darse nunca en la realidad. Aunque suene extraño al oído de los físicos, este tipo de razonamiento es útil para los economistas, porque les ayuda a explicar cómo funciona el sistema económico. Es decir, explicarlo, aún cuando no se pueda predecir sus resultados. Por lo tanto, una discusión acerca de un sistema de precios de equilibrio es de naturaleza contrafáctica. Es decir, del tipo Si las condiciones X, Y, Z... se dieran, entonces observaríamos un vector de precios p, siendo que esas condiciones pueden no darse nunca en la realidad. Aunque suene extraño al oído de los físicos, este tipo de razonamiento es útil para los economistas, porque les ayuda a explicar cómo funciona el sistema económico. Es decir, explicarlo, aún cuando no se pueda predecir sus resultados. Un área donde este desdibujamiento de las diferencias es más palpable es el de las finanzas, donde en mercados de escala mundial se compran y se venden numerosos títulos en grandes volúmenes diarios. Un físico rápidamente nota, contemplando los gráficos de las series resultantes, que tienen una gran analogía con los comportamientos críticos de numerosos fenómenos físicos, para los cuáles ya existen variadas y muy útiles herramientas de análisis y fundamentalmente de predicción. Es en este último punto en el que las diferencias entre el enfoque propio de la física y el de la economía parecen ser máximas. Mientras que el primero pondera los modelos formales fundamentalmente en términos de su capacidad de predicción, la economía se concentra en la capacidad explicativa de los mismos. Para entender la distinción que hacemos entre explicar y predecir consideremos el esquema formal central de la economía, la teoría del equilibrio general. El objetivo de la misma es básicamente determinar las condiciones que permitan asegurar la existencia de un equilibrio simultáneo de las ofertas y demandas en diferentes mercados. Dado que las condiciones por el lado de la demanda conciernen a las preferencias de los agentes en la economía, estas son en general inobservables. Por lo tanto, una discusión acerca de un sistema de precios de equilibrio es de naturaleza contrafáctica. Es decir, del tipo Si las condiciones X, Y, Z... se dieran, entonces observaríamos un vector de precios p, siendo que esas condiciones pueden no darse nunca en la realidad. Aunque suene extraño al oído de los físicos, este tipo de razonamiento es útil para los economistas, porque les ayuda a explicar cómo funciona el sistema económico. Es decir, explicarlo, aún cuando no se pueda predecir sus resultados. Por lo tanto, una discusión acerca de un sistema de precios de equilibrio es de naturaleza contrafáctica. Es decir, del tipo Si las condiciones X, Y, Z... se dieran, entonces observaríamos un vector de precios p, siendo que esas condiciones pueden no darse nunca en la realidad. Aunque suene extraño al oído de los físicos, este tipo de razonamiento es útil para los economistas, porque les ayuda a explicar cómo funciona el sistema económico. Es decir, explicarlo, aún cuando no se pueda predecir sus resultados. Es en este último punto en el que las diferencias entre el enfoque propio de la física y el de la economía parecen ser máximas. Mientras que el primero pondera los modelos formales fundamentalmente en términos de su capacidad de predicción, la economía se concentra en la capacidad explicativa de los mismos. Para entender la distinción que hacemos entre explicar y predecir consideremos el esquema formal central de la economía, la teoría del equilibrio general. El objetivo de la misma es básicamente determinar las condiciones que permitan asegurar la existencia de un equilibrio simultáneo de las ofertas y demandas en diferentes mercados. Dado que las condiciones por el lado de la demanda conciernen a las preferencias de los agentes en la economía, estas son en general inobservables. Por lo tanto, una discusión acerca de un sistema de precios de equilibrio es de naturaleza contrafáctica. Es decir, del tipo Si las condiciones X, Y, Z... se dieran, entonces observaríamos un vector de precios p, siendo que esas condiciones pueden no darse nunca en la realidad. Aunque suene extraño al oído de los físicos, este tipo de razonamiento es útil para los economistas, porque les ayuda a explicar cómo funciona el sistema económico. Es decir, explicarlo, aún cuando no se pueda predecir sus resultados. Por lo tanto, una discusión acerca de un sistema de precios de equilibrio es de naturaleza contrafáctica. Es decir, del tipo Si las condiciones X, Y, Z... se dieran, entonces observaríamos un vector de precios p, siendo que esas condiciones pueden no darse nunca en la realidad. Aunque suene extraño al oído de los físicos, este tipo de razonamiento es útil para los economistas, porque les ayuda a explicar cómo funciona el sistema económico. Es decir, explicarlo, aún cuando no se pueda predecir sus resultados. Econofísica [1] muestra claramente que las barreras entre el comportamiento no-intencionado (propio del mundo físico) y el intencionado (en el mundo social) pueden desdibujarse en muchos casos. Esto es particularmente así cuando se considera el comportamiento agregado, en el que la coordinación de entidades con capacidad de discernimiento y decisión, como lo son los agentes económicos, pueden dar lugar a resultados observables no muy diferentes de los estudiados en física de la materia condensada. Un área donde este desdibujamiento de las diferencias es más palpable es el de las finanzas, donde en mercados de escala mundial se compran y se venden numerosos títulos en grandes volúmenes diarios. Un físico rápidamente nota, contemplando los grácos de las series resultantes, que tienen una gran analogía con los comportamientos críticos de numerosos fenómenos físicos, para los cuáles ya existen variadas y muy útiles herramientas de análisis y fundamentalmente de predicción. Es en este último punto en el que las diferencias entre el enfoque propio de la física y el de la economía parecen ser máximas. Mientras que el primero pondera los modelos formales fundamentalmente en términos de su capacidad de predicción, la economía se concentra en la capacidad explicativa de los mismos. Es en este último punto en el que las diferencias entre el enfoque propio de la física y el de la economía parecen ser máximas. Mientras que el primero pondera los modelos formales fundamentalmente en términos de su capacidad de predicción, la economía se concentra en la capacidad explicativa de los mismos.