Imaginario turístico y construcción provincial: el caso de Río Negro

PAULA GABRIELA NÚÑEZ

Comodoro Rivadavia

Congreso; XV Jornadas Interescuelas/Departamentos De Historia; 2015

Universidad de la Patagonia San Juan Bosco

La provincia de Río Negro corresponde al grupo de territorios tardíamente reconocidos con autonomía política en Argentina. Así, a partir de su provincialización en 1955, y de la efectiva elección de gobernantes y legisladores propios, en 1958, su conformación descubre la resignificación, en la nueva clave organizativa, de dinámicas desarrolladas en más de 70 años de período territoriano.En este armado, el lugar del turismo acompañará la formación del ideal de provincia que se buscaba construir. La vinculación entre la valoración política de los espacios y su transformación en atractivo se verá problematizada desde una situación particular. Río Negro, mucho antes de ser provincia, ya contenía en su territorio un espacio definido desde la nación como turísticamente relevante: el Parque Nacional Nahuel Huapi y la localidad de San Carlos de Bariloche.En la ponencia se va a contrastar el sentido de atractivo ya construido por la nación en la región andina, respecto de los atractivos que se plantean en la provincia como pilares de la construcción identitaria que se propone.Para ello se analizarán los términos en que los planes turísticos son presentados en los documentos y leyes de los tres primeros gobiernos democráticos, puesto que los mismos buscaron definir el sentido de lo rionegrino desde las prácticas de participación política que tratan de fortalecer en un contexto de incertidumbre institucional. Esto es, la gobernación de Edgardo Castello (1958-1962); Carlos Nielsen (1964-1966) y Mario Franco (1973-1976).En ellos se descubre que hay una tensión entre la histórica construcción de nación en términos de atractivo y lo que se busca consolidar, con esos mismos términos, pero con lógicas diferentes, desde las políticas provinciales. El mapa del territorio se redescubre a partir de observar cómo, desde la idea de turismo que se plasma en leyes, la integración territorial se expone con un carácter diferenciado.Así, lo nacional queda anclado en un sector, asociado a determinados dinamismos y herederos de una historia en donde se justifica la diferencia. Lo provincial se reconoce en otros espacios, donde lo atractivo puede asociarse a lo económico o políticamente interesante, antes que paisajístico. Una conclusión paradojal a la luz de las definiciones de la ley de turismo de Río Negro, según la cual todo el espacio es igualmente atrayente.