Comercio Justo y Valoración de prácticas feminizadas

PAULA GABRIELA NÚÑEZ

Santiago

Encuentro; I Encuentro Internacional de teoría y praxis ecofeminista; 2012

Universidad de Valladolid - Universidad de Chile

En el siglo XVIII, en los albores del capitalismo, fuertes movimiento sociales ingleses se levantaron contra el estado en la medida que se perdía el control de los precios. Las “revueltas de hambre” no sólo fueron eso, no sólo era el estómago el que movía a la gente, en las reivindicaciones había elementos que apelan a derechos o costumbres tradicionales. la subida de precios descontrolada era denunciada como un agravio social, un ataque a lo que Thompson llama “economía moral”, desde la cual se asumía que cada parte de la sociedad debía cumplir con su responsabilidad y que el resultado tendía al bien común, y por lo tanto no podía ser el hambre. En la Inglaterra del XVIII en el centro de todos los problemas estaba el precio del pan, tensionado en este mundo rural donde las ciudades empezaban a crecer cada vez más y donde una pregunta resumía estos conflictos ¿quién creaba los precios? El avance del mercado, que hoy es leído como normal o natural, fue muy discutido en este período por las protecciones preexistentes, que se fueron debilitando gradualmente. Es interesante que la nueva política económica, la de la economía científica, sea una economía que dejó de lado la moral del comercio “dejemos que el cereal corra como el agua y encontrará su nivel” escribió Arbuthnot en 1773 como un preludio a Adam Smith y una negación de la desigualdad que el libre comercio había introducido en los antiguos mercados. Desde la nueva teoría sería el libre mercado, y no la mediación entre intereses contrapuestos, lo que llevaría al bien común. Traigo ésta lejana reflexión porque en la Patagonia argentina, en la región de la estepa un grupo de productoras actualizaron este debate en términos propios.