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La migración paraguaya se encuentra presente en la ciudad de San Carlos de Bariloche desde fines del siglo XX. Su ingreso ha respondido a los vaivenes laborales en el rubro de la construcción y a las posibilidades de acceder a terrenos ubicados en la periferia de la ciudad, a través del proceso de ocupación de tierras. Desde su llegada, la población paraguaya se vinculó entre sí y en 1982 fundó una asociación denominada A.R.P.A . Asociación que tuvo y tiene como objetivo ?bregar por la efectiva unión y fraternal convivencia de la familia paraguaya y ser hogar y amparo común de todos los paraguayos residentes y transeúntes en la ciudad? y que, a su vez, se encarga de organizar la peregrinación y los festejos en homenaje a la Virgen de Caacupé-í. Sin embargo, en los últimos años, se incorpora otra asociación denominada ANGU-A , integrada por un grupo de mujeres y jóvenes que disputa, a través de la tenencia de la imagen de la Virgen de Caacupe-í, el espacio de poder de la colectividad en la ciudad. La devoción a la Virgen de Caacupe-í es trasladada a Bariloche en 1993 por un matrimonio paraguayo presente en la ciudad desde 1970. A partir de entonces, la práctica se incorpora no sólo como uno de los eventos más importantes de la colectividad sino como un dispositivo sagrado que construye, desde el destino, pertenencia, identidad nacional en la alteridad barilochense y resignificación cultual. De esta manera, la presente ponencia busca indagar y profundizar sobre esas construcciones identitarias locales que, el proceso de traslado y refundación de la devoción a la Virgen de Caacupe-í habilita y genera en San Carlos de Bariloche. Para ello, abordamos la devoción mariana no sólo como práctica de piedad (Esquerda Bidet, 1998), manifiesta en la oración y contemplación de sus fieles, sino como expresión colectiva de identidad nacional y popular que trasciende lo espiritual y se presenta con una dinámica de transformación histórica. Práctica ritual que tiene en cuenta a la liturgia católica y a los festejos populares de la colectividad, los cuales fortalecen vínculos interpersonales y que por su extensión, masificación y traslado, generan fuentes de identidades nacionales (Mallimaci, 1992). En este caso, siguiendo la idea de Eloisa Martín, sobre la Virgen de Luján, la Virgen de Caacupé-í representa un símbolo nacional paraguayo que a través de su patronazgo canaliza ?simbólicamente las acciones del estado a un ordenamiento superior, divino encarnado en la Iglesia Católica, por medio de la imagen oficial? (Martín, 1997). Estas identidades también las abordamos desde las migraciones y especialmente desde una perspectiva transnacional. Perspectiva que entiende la migración como forma de vida, donde los migrantes forjan y sostienen relaciones sociales, económicas, políticas y religiosas que vinculan a su lugar de origen con su lugar de destino generando nuevas territorialidades que atraviesan las propias fronteras nacionales (Bash et al, 1992). Desde este marco teórico, la ponencia se propone como objetivo central analizar cómo una advocación mariana ?migrante?, una vez en el destino, se resignifica iconográfica y cultualmente y construye una identidad nacional y popular. "Las advocaciones populares, aquellas que son propiamente expresiones del 'catolicismo popular' y en las que hubo intervención del indio y, por lo tanto, pasaje de 'la religiosidad pagana' al 'catolicismo popular' gozaron de una participación masiva popular (aún hoy la tienen)? (Brito, 1992). En este sentido, coincidimos con la caracterización anteriormente señalada ya que la Virgen de Caacupé surge a través de una intervención milagrosa de protección al pueblo guaraní. Sin embargo, su iconografía nos remite a una Virgen Inmaculada de tradición hispánica y patrona nacional que nos permite categorizarla como una ?Virgen mestiza?. Esta resignificación identitaria de la colectividad paraguaya en relación a la advocación mariana, puede ser percibida en diferentes planos o espacios: desde la práctica religiosa en sí misma (novena, peregrinación, misa y festejos), desde la adopción y resignificación de un espacio público de carácter popular típicamente barilochense como es la Gruta de la Virgen de las Nieves, y desde los festejos civiles y patrióticos como fue el festejo del bicentenario de la Revolución. La metodología que utilizamos, debido a la escasa presencia de registro escrito , es el método etnográfico a través de entrevistas orales (realizadas a representantes de instituciones estatales religiosas, referentes paraguayos en la ciudad y a paraguayos devotos de la Virgen de la Virgen de Caacupé-í y no devotos), de la observación participante del culto y especialmente de la figura del relato de vida (Bertaux, 1999, 2005), entendida como aquel fragmento del texto oral que da cuenta de aquellos temas que resultan relevantes estudiar siendo estos últimos los que condicionan el carácter de las entrevistas.