INVESTIGADORES
ZURITA Alfredo Eduardo
congresos y reuniones científicas
Título:
Los mamíferos fósiles del Pleistoceno (ca. 1.8 Ma.- 8.5 ka) de la Argentina: importancia de los hallazgos en las provincias de Chaco, Corrientes y Formosa
Autor/es:
ZURITA, A. E.
Lugar:
Corrientes
Reunión:
Jornada; I Jornadas Nacionales de Estudiantes de Biología; 2005
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura (UNNE)
Resumen:
Los mamíferos fósiles del Pleistoceno (ca. 1.8 Ma.- 8.5 ka)  de la Argentina: importancia de los hallazgos en las provincias de Chaco, Corrientes y Formosa Zurita, A. E. Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL-CONICET) y Universidad Nacional del Nordeste. Ruta 5 km. 2.5 (3400), Corrientes, Argentina. E-mail: aezurita74@yahoo.com.ar La fauna de mamíferos del Cenozoico (ca. 65 Ma.-Rec.) de América del Sur tuvo características muy particulares, ya que este subcontinente quedó aislado durante casi 65 millones de años.  Esto permitió el desarrollo y evolución de una “megafauna” con rasgos únicos en el mundo, incluso con ordenes de mamíferos autóctonos que no tienen representantes en la actualidad (e.g. Litopterna, Notoungulata, etc). Sin embargo, este aislamiento se vio interrumpido hace unos 2, 5 millones de años, cuando América del Sur quedó conectada a América del Norte a través del istmo de Panamá, situación que  permitió el intercambio de fauna entre ambos subcontinentes. Así, la fauna pleistocena de América del Sur quedó conformada tanto por taxones autóctonos como por  otros provenientes del norte (eg. Felidae, Ursidae, Canidae,  Artiodactyla, Perissodactyla, Proboscidea, etc.). En el contexto de América del Sur, Argentina aparece, junto con Brasil, como uno de las países con mayor tradición en el estudio de los mamíferos fósiles del Cenozoico tardío. Sin embargo, la gran mayoría de los estudios  paleontológicos se restringieron, desde la época de los hermanos Ameghino, a las provincias de Buenos Aires, sur de Santa Fe y oeste de Córdoba, es decir, lo que constituye la mayor parte de  la región Pampeana.  A partir de estos estudios, se ha elaborado   un modelo cronoestratigráfico/geocronológico con base bioestratigráfica. De este modo, es posible reconocer para el Pleistoceno (1.8 Ma.-8.5 ka)  de América del Sur  tres Edades Mamíferos, caracterizadas cada una por un conjunto de especies en particular. Estas son: a)      Ensenadense: abarca desde los 1.8 hasta, aproximadamente, los 0.5 Ma. Taxones exclusivos de este período son, por ejemplo,  Mesotherium cristatum (Notoungulata: Mesotheriidae); Antifer ensenadensis (Artiodactyla: Cervidae); Neosclerocalyptus ornatus;  N. pseudornatus; Glyptodon munizi (Xenarthra, Glyptodontidae), etc. b)      Bonaerense:  va, aproximadamente,  desde los 0.5 hasta los 0.13 Ma. Especies propias de este lapso son, entre otras, Neosclerocalyptus migoyanus (Xenarthra, Glyptodontidae); Megatherium americanum (Xenarthra, Megatheriidae); Antifer ultra; Epieuryceros proximus (Artiodactyla: Cervidae), etc. c)       Lujanense: incluye desde 0.13 Ma. hasta los 8.5 ka, momento en el que se produce, posiblemente por motivos climáticos,  la extinción de la “megafauna”. Faunísticamente, estuvo caracterizado por las siguientes especies: Equus (Amerhipppus) neogeus (Perissodactyla, Equidae); Glyptodon perforatus (Xenarthra, Glyptodontidae), etc. En este marco, el estudio paleontológico de la mesopotamia  y del centro-norte de Argentina (Santa Fe, Chaco y Formosa) resulta de suma importancia para comprender la evolución biogeográfica de las distintas comunidades de mamíferos pleistocenos del extremo sur de América del Sur.  Sintéticamente, la mesopotamia argentina (en donde los hallazgos efectuados en Corrientes son de particular importancia) parece haber estado más vinculada climática y paleofaunísticamente con el sector occidental de Uruguay y el sur de Brasil. Toda esta región estuvo  caracterizada por  un clima  relativamente húmedo y cálido.  A su vez, el  sector centro-norte  estuvo más relacionado con la región Pampeana, Paraguay y el sur de Bolivia, en donde el clima inferido fue árido a semiárido y frío. La finalización del Pleistoceno y el comienzo del Holoceno (hace unos 8.500 años) marca la  extinción de esta particular “megafauna”.  Inicialmente, se supuso que el principal factor pudo haber sido humando, a través de constantes cacerías. Esta hipótesis estuvo apoyada  por los numerosos sitios en donde existe clara evidencia de interacción  entre humanos y “megafauna”. Actualmente, se cree que esta masiva extinción estuvo causada básicamente por una serie de cambios climáticos ocurridos  en el límite Pleistoceno-Holoceno, que coincide con el comienzo de un ciclo interglacial.   Al presente, se han hallado casos de supervivencia de megamamíferos más allá del límite Pleistoceno-Holoceno, particularmente un gliptodonte (Neosclerocalyptus sp.) hallado en el centro de Paraguay y que fue datado en cerca de 7.000 años.  También en la provincia de Buenos Aires se han fechado gliptodontes (Doedicurus) en alrededor de 7.500 años.