CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Hallan en Jujuy restos humanos de una cultura antigua

Fue un descubrimiento fortuito. Un equipo del CONICET intervino en el peritaje del esqueleto y determinó que se trataría de un peculiar enterramiento aislado ocurrido más de mil años antes de la llegada de los españoles.


En la ciudad de San Pedro de Jujuy, situada al este de la provincia norteña, se encontró un esqueleto humano durante las tareas de construcción del depósito de un supermercado local sobre la ruta nacional N°34. Los restos fueron descubiertos casualmente al ser desenterrados por la pala mecánica y depositados en custodia judicial ante la sospecha de un caso de lesa humanidad.

“En un principio se pensó que se trataba de un cadáver moderno por lo que se puso en suspenso la realización de la obra; sin embargo el peritaje realizado a los restos óseos permitió identificar la presencia de deformación cultural del cráneo, lo que llevó a desestimar tal presunción”, cuenta Gabriela Ortiz, investigadora adjunta del CONICET del Centro Regional de Estudios Arqueológicos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy.

Durante las tareas de rescate realizadas se recuperaron algunos objetos asociados con la inhumación; un gran caracol terrestre, preformas de cuentas de collar de este mismo material y un fragmento de cerámica.

“Se pudo establecer que el entierro corresponde al de un individuo adulto, aparentemente masculino. Aunque aún resta realizar la correspondiente datación radiocarbónica a los efectos de certificar con certeza la antigüedad del hallazgo, es muy probable que se trate de un individuo que perteneció a una antigua población que ocupó el valle del río San Francisco desde aproximadamente el año 500 antes de Cristo hasta el 500 de la era actual”, afirma la investigadora.

De acuerdo a los registros arqueológicos de la región, se sabe que estuvo densamente poblada en forma ininterrumpida desde por lo menos el siglo IV a.C. hasta aproximadamente el siglo VI d.C.. Y, luego de esta fecha, habría quedado despoblada. Casi mil años después, cuando los conquistadores españoles penetraron en estos parajes, encontraron grupos cazadores y recolectores pertenecientes a las etnías Wichi y Toba.

“El hecho de que no exista un registro arqueológico más allá del siglo VI d.C. es una incógnita aún no resuelta; pero hasta dónde sabemos las poblaciones que ocupaban la región al momento de la llegada de los colonos europeos no tendrían vínculo poblacional con aquellos grupos que habitaron el valle hasta el Siglo VI, denominados en la jerga arqueológica como pertenecientes a la ‘tradición San Francisco’”, comenta la investigadora.

De acuerdo a Ortiz, este tipo de hallazgos no son tan inusuales en la región. “Se encontraron otros esqueletos humanos con el cráneo culturalmente deformado y asociados a contextos mortuorios similares, tanto en sitios donde se realizan tareas de investigación arqueológica, como en otros, donde los hallazgos se realizaron fortuitamente tal lo ocurrido en esta oportunidad. Lo único peculiar en este caso es que aparentemente se trataría de un enterratorio aislado”, afirma.

Por Miguel Faigón